Santander Cycle Chic

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jueves, 9 de diciembre de 2010

apuntes sobre trigo y bicicletas


Cada uno de los 375.000 euros destinados a subvencionar la compra de bicicletas incrementará varias veces su valor

El escritor y activista de izquierda Anatole France, premio Nobel de Literatura en 1921, acuñó una frase que ha inspirado durante décadas a aquellos que, con mejor o peor fortuna, han perseguido metas a contracorriente, convencidos de contribuir al bienestar de los demás: "La utopía es el principio de todo progreso y el diseño de un futuro mejor". Por desgracia, adoptar una posición de vanguardia exige tener la piel dura, para encajar los golpes de quienes abrazan el 'que nada cambie' como dogma. Implica asumir, también, que se deber estar preparado no solo para predicar, sino, por encima de todo, para dar trigo. Por ello, cuando la Consejería de Medio Ambiente del actual Gobierno de Cantabria apostó por convertir la bicicleta en un medio de transporte alternativo no vinculado al ocio, lo hizo a sabiendas de iniciar un camino incómodo, repleto de obstáculos y de escepticismo con trasfondo político. La respuesta a este reto: dejar que los hechos comenzasen a hablar por si mismos.
A día de hoy, nuestra región cuenta ya con más de 200 kilómetros de carriles-bici, sendas ciclables y vías verdes, repartidos en 38 términos municipales. Sus trazados aumentan en longitud y conectividad de forma continua, con ejemplos de referencia, cuyo creciente índice de uso los transforma en recursos clave dentro de nuestra malla de servicios públicos de vialidad. Entre los citados, casos como la Vía Verde del Pas, con sus 34 km. entre el Parque de la Cantábrica, en El Astillero, y Ontaneda, que atraviesa Villaescusa, Penagos, Santa María de Cayón, Castañeda y Puente Viesgo; o el de Reinosa-La Lomba, que liga la capital campurriana a sus 'municipios hermanos' de Campoo de Enmedio y Hermandad de Campoo de Suso, durante casi 17 kilómetros.
Tan solo en los últimos tres ejercicios, Medio Ambiente ha destinado en conjunto 2,8 millones de euros a cofinanciar la construcción de carriles-bici por parte de entidades locales; con actuaciones en desarrollo como los nuevos recorridos en Santiurde de Toranzo, Castañeda, Camargo, y Reinosa. Además, a modo de muestra del compromiso del Ejecutivo regional en este ámbito, cabe reseñar otras iniciativas en 2010, como las obras del carril-bici entre el barrio torrelaveguense de Ganzo y el de San Martín, en Suances; por importe de 1,3 millones de euros, y que contribuyen a paliar la contaminación por tráfico en Barreda, aportando una alternativa al tránsito Torrelavega-Suances. Además de la conexión entre la capital suancina e Hinojedo, con una cuantía de ejecución de 3,1 millones más.
Este último proyecto ejemplifica el objetivo de que el uso de la bicicleta no sea una pauta ocasional, sino que se convierta en pilar de un nuevo modelo de transporte, entendido como instrumento de vertebración y cohesión entre territorios. En este sentido, la iniciativa marco de mejora ambiental de la comarca del Saja-Besaya - el proyecto de Arco Verde, que promueve la Consejería de Medio Ambiente - se sustenta en la recuperación de espacios degradados, como áreas de uso público y carriles-bici, para su posterior integración en el referido eje Torrelavega-Suances.
Una idea-fuerza de cambio bajo criterios sostenibles que pasa, a su vez, por promover formas de cultura urbana asociadas al 'desplazamiento en verde', con focos como Amsterdam, Berlín o Copenhague; para lo que Medio Ambiente, entre otras acciones, ha cofinanciado iniciativas en Santander como los carriles-bici Bajada de Polio-Pronillo y Parque de Las Llamas-Parque de Mesones- Los Castros, con una inversión conjunta en nuestra capital de 500.000 euros. Sin embargo, esta línea de trabajo trasciende el diseño y ejecución de viales, para integrarse en un eje estratégico de mayor alcance, como es el desafío de consolidar formas alternativas de transporte. De este modo, el Ejecutivo regional impulsa actuaciones para reducir nuestra dependencia de los combustibles fósiles y, por extensión, luchar contra el cambio climático, gracias a la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI).
Por ello, las acciones descritas se adscriben a la Estrategia de Acción Contra el Cambio Climático de Cantabria, para concretarse a través de un Plan de Movilidad Ciclista (www.pmcc.es); que pretende reducir el uso del automóvil en beneficio de la bicicleta, mediante la creación de de redes interconectadas de vías ciclables. Una trama funcional que facilite el empleo de la bici como transporte cotidiano, como ocurre en otras regiones europeas de características climatológicas similares o más adversas. Desde mi perspectiva, lo expuesto responde a un esquema bien trabajado, con una sucesión coherente de planes y proyectos. No obstante, aún faltaba un paso adicional, unido al 'dar trigo' al que aludía: mostrar cómo el Gobierno de Cantabria, más allá de documentos e infraestructuras indispensables, está al lado de cada uno de los ciudadanos dispuestos a dar el salto de individuos sensibilizados a, valga la expresión, ambientalmente practicantes; cómo, además de pedir esfuerzos, se presta un apoyo directo, de esos que influyen en las pequeñas decisiones de la vida diaria.
Así, cada uno de los 375.000 euros destinados por la Consejería de Medio Ambiente a subvencionar la compra de bicicletas por las familias cántabras (www.cantabriamejorenbici.es) incrementa varias veces su valor; con un efecto multiplicador que dejará sentir su impacto positivo no solo en las condiciones medioambientales de nuestra región, sino también en su sector comercial y en las cuentas domésticas, a las puertas de una época especialmente sensible. De hecho, no espero que los Reyes cambien sus camellos por bicicletas la noche del 5 de enero, pero sí al menos que éstas sean uno de los regalos de las Navidades. Puede sonar a cliché, pero montar en bici es mucho más que dar pedales. H.G. Wells lo expreso con sencillez y belleza: «Cuando veo a un adulto en una bicicleta, no pierdo las esperanzas por el futuro de la raza humana».

FRANCISCO MARTÍN GALLEGO | CONSEJERO DE MEDIO AMBIENTE DEL GOBIERNO DE CANTABRIA