Santander Cycle Chic

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sábado, 5 de marzo de 2011

ha muerto fernando a. torre trueba

Fernando Torre Trueba, (1º por la derecha) junto a otros ciclistas, entre los que se encuentran Julián Berrendero (1º por la izquierda) y el recientemente fallecido Fernando Expósito Merino (centro)
en esta foto es el niño que esta sentado.



Nuevamente el deporte cántabro se ha vestido de luto. Se nos ha ido para siempre el último ‘as’ del ciclismo de antaño, don Fernando Agustín Torre Trueba, postrero exponente de quienes compitieron antes de que comenzara la última Guerra Civil en España, es decir, casi en la Prehistoria del ciclismo español.


Nacido en Sierrapando un 25 de septiembre de 1920, Fernando fue primo hermano por línea materna de los hermanos Trueba, una suerte de dinastía, de estirpe y de casta, la saga de deportistas que para muchos, más fama y prestigio ha dado al ciclismo cántabro. Siendo bien niño, Fernando ya andaba entre bielas, tubulares, sillines, ruedas, platos, coronas, cuadros, manillares y demás parafernalia en el garaje de bicicletas que sus primos tenían en Torrelavega, en la calle Menéndez Pelayo, y donde eran habituales las reuniones entre la flor y nata del ciclismo nacional de aquella época: Berrendero, Cañardo, Ezquerra, Cepeda, y tantos otros. Allí se impregnaría Fernando de la sabia ciclista que, como un veneno mezclado con sangre, corría por las venas de sus parientes, quienes se lo habían puesto muy difícil en términos de currículum y en términos de versatilidad. La evidencia es que Fernando fue tan competente en las pruebas de pista como en las carreras de carretera convencionales.
Con tan sólo catorce años corrió su primera carrera, en Santander, con una bicicleta que le prestaron, con guardabarros y portaequipajes y que casi no alcanzaba a los pedales, mientras que su indumentaria era la misma con la que se le podía ver correteando a diario por el caserío que sus padres tenían en La Tejera de Sierrapando. Y ganó, nada menos que al campeón de Cataluña, el cual asistió -según rememoraba Fernando- con una bicicleta a su medida, casco, guantes, culotte, jersey y zapatillas de ciclista: el premio, una copa y una pitillera. Luego disputaría varias carreras en diferentes pueblos de la provincia hasta que estalló la guerra, en la que luchó en el frente de Aragón, acabada la cual retomó la práctica deportiva disputando y ganando pruebas en Cantabria, Navarra, Asturias, País Vasco y Castilla. Participó en la Vuelta a España de 1948 con un equipo francés, sustituyendo a un componente del mismo que cayó enfermo, aunque no pudo finalizar la carrera.
La represión a la que fue sometido por parte de los adláteres del bando vencedor fue determinante para que proyectase salir de España, “porque si no te van a matar”, le dijo su progenitor. Y eligió Francia. Corría el año 1949. En Burdeos había un centro de acogida y le destinaron a Lemans, donde comenzó a trabajar de mecánico en un taller. En Lemans conocería a la que luego sería su esposa, Yvette Bouttier, con la que tuvo seis vástagos. Fernando compaginaba su trabajo con la práctica del ciclismo y cosechó varios éxitos (era un magnífico sprinter) tales como la victoria del Tour de Sarthe, el récord de Francia de kilómetro lanzado, en 1951, la escalada a Gassonfé, el GP de Lucé y el GP de Alençon. En 1956 colgó los bártulos y abrió su propio garaje-taller en Montreuil sous Bois, cerca de París.
En la madrugada del 24 de febrero de 2011, en Castro Urdiales, su residencia habitual en los últimos quince años, la sempiterna sonrisa que siempre mostró a cualquiera que se le acercara abandonó irreversiblemente su rostro.

Descanse en paz.

angel neila majada

Ángel Neila Majada, es miembro de la Sociedad Cántabra de Escritores y socio fundador de la Sociedad Amigos de Vicente Trueba y del Ciclismo Cántabro, constituida en el año 2005 con motivo del centenario del nacimiento de Vicente Trueba. Es autor de Vicente Trueba Pérez, “la Pulga de Torrelavega”: Biciografía de un ciclista legendario.