Santander Cycle Chic

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lunes, 5 de julio de 2010

LOS QUE PISAN EL SEMBRAO


El autor explica que el civismo no sólo se demuestra andando

Tengo una hija que es ciclista por esencia y presencia y en el garaje de mi casa hay dos bicicletas. En fin, que soy uno de los que recibieron con júbilo la instalación de los carriles bici en nuestra ciudad. Hasta me ha gustado la idea de asignar a unos "Agentes de Movilidad" una bicicleta como arma de desplazamientos.



Efectivamente, en la ciudad se debe circular más despacio y debe haber lugar para las bicicletas en todos aquellos sitios y calles donde es posible marcar un carril, teniendo en cuenta la estrechez de las calles antiguas y otra serie de limitaciones que resultan justificadas.



Por todo ello, es lógico y de razón que esos espacios específicamente señalados para este sistema de trasporte, sean vías de uso preferencial para las "dos ruedas" y que todos debamos respetarlas. Pero también me gustaría reclamar que "ellos" (los ciclistas) respeten las zonas peatonales y, aunque no se les prohíba su uso, sí me atrevería a solicitarles igual deferencia y respeto para los viandantes que el que ellos consideran que deben recibir de los vehículos a motor, cuando se ven obligados a compartir territorios.



En estos días, he visto de todo: dos ciclistas por El Sardinero haciendo carreras al sprint, otros tomando las curvas que rodean las paradas del autobús como si estuvieran participando en una gimkana o zigzaguear por el paseo Reina Victoria entre los peatones. Por todo lo anterior, me gustaría llamar la atención a esa gran familia de los ciclistas, para que ellos mismos afeen la conducta de esos que se comportan relativamente como ellos se quejan de ser tratados por los motorizados. Como siempre nos pasa, los problemas de convivencia nos acaban superando, porque no todo se resuelve con los permisos administrativos ni con las autorizaciones, pues lo importante es la educación. Y aquí es donde siempre fallamos. Es una pena, pero siempre acabamos creyendo que por montar en bici ya somos europeos (como los holandeses, los belgas o los ingleses) y la verdad es que no acabamos de conseguirlo. A ver si nos esforzamos

gerardo garcia